
Para entender mejor este tema por favor lea el tema anterior:
“Todavia quedan principes encantados parte I”.
¿Cómo una persona puede salir de una adicción? Primero la persona deber caer en cuenta que lo que esta haciendo le hace mal, y que necesita ayuda para salir, y debe buscar el apoyo necesario ya sea yendo a consejería profesional, terapia o rehabilitación. Para los adictos al enamoramiento, si quieren ser libres necesitaran aprender a estar solos y amarse y sentirse bien consigo mismos, hacer un ayuno de parejas, buscar ayuda psicológica y espiritual según la necesiten. El proceso de salir de las adicciones duele, no va a ser fácil porque la gente tendrá que pelear contra la urgencia que su cuerpo les va a demandar de aquello que le daba. Si su problema es que no sabe decir que no tendrá que empezar a practicar el decir que no y poner límites, aunque la gente se enoje, y que a usted no le preocupe ni le afecte que se enojen. (esta semana le tuve que decir que no a varias personas y se enojaron y eso esta bien, tienen derecho a reaccionar, pero mantuve mí no y no me dejo manipular, eso es poner límites. Es válido decir que no que no le vas a prestar dinero a alguien porque te cuesta mucho ganarlo, puedes decir que no vas a recibir gente donde vives sin dar explicaciones. Cuando digas si sea si y cuando digas no sea no, a menos que esto te haga daño a ti o a alguien más)
Hay una adicción que nunca he oído mencionar pero que he observado que existe, por medio de extensas investigaciones, entrevistas, y experiencias propias y de personas a las que he conocido de cerca puedo afirmar que es una secreta epidemia: La adicción a las relaciones fantasiosamente perfectas donde todo empieza y termina como en las películas románticas, los cuentos de Disney y la vida de algunos famosos. Por causa de que desde muy temprana edad hemos consumido muchas imágenes de lo que al parecer es una relación de pareja perfecta, con actores y actrices físicamente atractivos, con dientes blancos, bien peinados, con una muy buena posición económica, con cuerpos perfectos, y aparentemente todo en orden, nos hemos acostumbrado a esa ilusión de que así deberían ser las relaciones de pareja. Y por causa de esto muchas veces elegimos mal, elegimos a una persona por su apariencia, por su posición económica, por lo que los demás esperan, lo que van a decir o a pensar y no por lo que nosotros de verdad queremos, porque nuestro subconsciente esta tintado con esa imagen de un príncipe azul o una princesa rosada.
La dura verdad es que esos personajes no existen en la vida real. Una relación de pareja en la vida real no sólo consiste en romance, después que pasa el tiempo de enamoramiento (si es que hubo enamoramiento), viene el choque de realidad en el que vemos a la otra persona con más claridad con sus virtudes y defectos, decidimos quedarnos ya con un amor no tan explosivo, pero más estable y maduro que nos ayudara a permanecer juntos cuando vengan los pleitos, las enfermedades, y las crisis. Este mensaje a continuación es especialmente para las mujeres que están esperando a un príncipe azul:
- Ningún hombre te puede hacer feliz, tienes que buscar sanar emocionalmente y ser feliz por ti misma.
- No necesitas que alguien venga a rescatarte, ya Cristo vino a hacerlo, búscalo a él.
- Tienes valor, aunque no tengas pareja. Dios pago el precio más alto por ti.
- Tu vida está en orden y si no organizala. No necesitas que alguien venga a arreglartela
- Los hombres nunca fueron príncipes perfectos, son hombres de carne y hueso con defectos igual que las mujeres, lo que viste en esas peilculas e historias fue sólo una ilusión.
- No todos los hombres son iguales, no todos mienten, ni engañan, pero debes confiar en Dios y en ti misma para que aprendas a discernir y nadie te dañe.
- No es tu responsabilidad cambiar a ningún hombre, ni convertirlo en príncipe o en alguien que no es ni quiere ser.
Ahora voy a responder a la pregunta: ¿Todavía quedan príncipes azules? No, no quedan. Porque en la vida real no existen, pero existe algo mejor, alguien que nos acepta tal como somos con todas nuestras cicatrices e imperfecciones y nos ama con un amor eterno, al conocerlo a él dejaremos de andar buscando el príncipe que no hemos perdido y lo mejor de todo es que él es un Rey. Su nombre es Jesucristo. Y si, aún quedan hombres que pudieran llegar a ser nuestras parejas, y que vale la pena conocer, aunque perfectos no son, ni tienen que serlo, pero cuando sanamos nuestro corazón nos resulta más fácil diferenciar lo que es de lo que no es conveniente para nuestras vidas.
“Es mejor refugiarse en el Señor
que confiar en la gente.
Es mejor refugiarse en el Señor
que confiar en príncipes”. Salmos 118:8-9.
Si deseas conocer a Jesús, haz esta oración conmigo:
Padre celestial, te pido perdón por mis pecados, me arrepiento de todo corazón, creo que Jesucristo es el Hijo de Dios, que él murió por mis pecados y resucitó al tercer día, y pido que me recibas como tu hijo(a) y me hagas libre del temor a la Muerte, y abrazar tu promesa de vida y salvación eterna para todo mi ser en ti, porque tú me amas y me aceptas y mi valor y mi vida vienen de ti y del precio que pagaste por mi en la cruz. Hazme una nueva criatura y llena mi vida de ti y de tu amor, en el nombre de Jesucristo, amen.
Si has hecho esta oración y necesitas más información, escríbenos al info@amandolavida.net