
Hay cosas que alguna vez nos quedaron bien, ropas, actitudes, formas de pensar, entre otras cosas. Pero hoy día ya no las podemos seguir teniendo porque no nos sirven mas bien nos son un estorbo en nuestro avance. De nada nos sirve vivir amargados recordando todas las cosas injustas que algunas personas nos hicieron, ni recontar con exactitud la lista de abusos y ofensas pues eso no nos dejará respirar ni disfrutar la vida. Un día me di cuenta que había gente viviendo en mi cabeza sin pagar renta, drenando mi energía, robándose mi tiempo. Y decidí desalojarlos de mi mente, para dejar espacio a pensar en cosas más productivas. Hoy traigo una pequeña lista de cosas que por nuestra salud física y mental es mejor que dejemos atrás.
1- La culpa

Todos hemos cometido errores, pero no podemos cargar con ellos, ni auto- lacerarnos tratando de remediar algo, lo único que podemos hacer es aprender de ellos.
2- La vergüenza

Es un discurso interno que nos dice que no somos suficientes, que algo no está bien con nosotros. Es hora de apagar ese discurso para comenzar otro diciéndonos que sí somos suficientes y que nos aceptamos tal como somos, y hacer lo que podamos para mejorar.
3- La amargura

Aunque es inevitable que nos duela las cosas malas que nos han pasado, las injusticias, las traiciones y decepciones, cargar con la amargura es cómo envenenarnos constantemente. Tiene que llegar ese día en que dejemos la amargura atrás. Perdonar las ofensas ajenas y propias es una forma de cuidarnos y amarnos para soltar esa carga que ya no es nuestra.
4- Las excusas

Las excusas son el enemigo número uno que nos impide avanzar. O tenemos determinación o tenemos excusas para empezar a cambiar.
5- La baja autoestima

Si nosotros mismos no nos valoramos, ni nos amamos, eso es lo que reflejamos a los demás. Al creer y recibir el amor de Dios, podemos amarnos a nosotros mismos, para poder amar a los demás.
6- La indecisión

El temor a equivocarnos puede causar que nos volvamos indecisos. El ser decisivos requiere práctica, y podemos hacerlo un día a la vez.
7- La autocritica

Si bien es sana la introspección, o evaluarnos a nosotros mismos, podríamos caer en el error de criticar cada cosa que no nos salga excelente. Tenemos que aprender a celebrar tanto nuestros fracasos como nuestros pequeños avances. Es sano conocer nuestros errores y virtudes para ser equilibrados en todo.
“No quiero decir que ya llegué a la perfección en todo, sino que sigo adelante. Estoy tratando de alcanzar esa meta, pues esa es la razón por la cual Jesucristo me alcanzó a mí. Hermanos, no considero haber llegado ya a la meta, pero esto sí es lo que hago: me olvido del pasado y me esfuerzo por alcanzar lo que está adelante. Sigo hacia la meta para ganar el premio que Dios me ofreció cuando me llamó por medio de Jesucristo.”
Filipenses 3:12-14 PDT